*Estadio Olímpico Universitario.

ESTADIO OLÍMPICO UNIVERSITARIO, MONUMENTO AL DEPORTE

El 7 de agosto de 1950 inició la historia. Ese día, en una gran hondonada situada en el Pedregal de San Ángel, se colocó la primera piedra de lo que hoy es el majestuoso Estadio Olímpico Universitario y que el 20 de noviembre de 1952 abrió, por la mañana, sus puertas con una ceremonia inaugural, encabezada por el presidente Miguel Alemán y el rector Luis Garrido, para después, al filo de las 5:30 de la tarde, dar paso a los II Juegos Juveniles Nacionales.

La obra civil –en la cual participaron poco más de 10 mil obreros, quienes inclusive trabajaron las 24 horas del día- se construyó en solo ocho meses y su costo fue de 28 millones de pesos.

El Estadio Universitario –como fue conocido en esa época- se concibió con una visión futurista del deporte: se construyó con los más modernos adelantos tecnológicos de la época, dotándosele de espacio suficiente para que en su entorno se edificaran canchas de calentamiento, una alberca, un gimnasio cerrado y un jardín botánico.

A casi 51 años de su apertura, esta magna obra universitaria sigue siendo ejemplar por su valor plástico y escultórico. Fue el primer edificio construido en la gran área de lo que actualmente es Ciudad Universitaria, cuyas aulas principalmente estaban en el centro de la ciudad, en los palacios de Minería y de Medicina y la Academia de San Carlos.

El proyecto arquitectónico y la dirección estuvo a cargo de los arquitectos Augusto Pérez Palacios, Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo Jiménez, quienes contaron con la valiosa colaboración del entrenador de futbol americano Roberto Tapatío Méndez y el profesor Jorge Molina Celis, decano del atletismo universitario.

La fisonomía del estadio –algunos dicen que se asemeja a un sombrero de charro; aunque para otros simula el cráter de un volcán- se logró gracias a la disposición de los accidentes topográficos del terreno. Está construido casi en su totalidad con base en mampostería de roca volcánica, aprovechándose al máximo el material propio del lugar. El Estadio Olímpico Universitario tiene capacidad para 68 mil 954 espectadores y dispone de estacionamientos que dan cabida a 2 mil 618 vehículos.

Su fachada principal está decorada con un mural policromado en relieve, titulado "La Universidad, la Familia y el Deporte en México", obra del artista plástico mexicano, Diego Rivera, quien habría de definir su creación monumental como la realización más importante de su vida, simplemente porque a sus posibilidades individuales de invención y construcción, se sumó el trabajo de 70 obreros, albañiles y canteros; así como de 12 pintores y arquitectos.

En esta obra del muralista mexicano se encuentra plasmada una de las máximas insignias universitarias: el águila y el cóndor, cuyas alas protegen a un grupo de atletas y deportistas. Al centro, una niña tiene una paloma entre sus brazos; en la parte baja surge la serpiente emplumada, símbolo terrenal del México antiguo.

En el interior del área de palcos se levanta una estela de trazo curvo, de 1.80 m de alto por 2.40 m de largo, en cuya cara cóncava se muestra el perfil de "El jugador", un esbelto corredor de antorcha con rasgos mayas. Los grabados son en neopreno sobre muro de concreto.

El Estadio Olímpico ha sido sede de múltiples justas deportivas de diferentes órdenes como las finales nacionales de los Juegos Deportivos Juveniles, los clásicos del futbol americano estudiantil Poli-Universidad y los XIX Juegos Olímpicos, en el año de 1968.

Fue precisamente en esta competencia donde se registraron momentos de gran trascendencia para el deporte mundial, entre los que destacan: el salto de longitud de 8.90 m del estadounidense Bob Beamon, con el cual logró el récord que perduró por más de 20 años.

Se han celebrado, además, dos ediciones de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, en los años 1954 y 1990, así como los Juegos Deportivos Panamericanos, los años de 1955 y 1975. En éste último, el atleta brasileño Joao de Oliveira impuso el nuevo récord mundial en salto triple.

En 1977 se efectuaron los Juegos Deportivos Estudiantiles Centroamericanos y del Caribe y en 1979 se realizó la Universiada Mundial, en la que el italiano Pietro Menea rompió la marca mundial de los 200 metros planos.

El Estadio Olímpico fue uno de los escenarios del Campeonato Mundial de Futbol Soccer de 1986.

El Estadio en distintas épocas, fue el marco de estrellas mundiales del balompié como Pelé y Maradona. En este campo surgieron destacados futbolistas como Enrique Borja y Hugo Sánchez.

Durante el Gran Prix de México de atletismo en 2003, la mexicana Ana Gabriela Guevara resultó ganadora de la carrera de 300 metros planos al marcar un registro de 35.50 segundos en la pista de este monumental escenario.

Actualmente, este recinto universitario es la sede del equipo de futbol de Primera División de los Pumas.

El Estadio Olímpico Universitario, guarda una doble magnificencia, cuando está vacío, hace resaltar su serena grandeza y cuando hay confrontación deportiva, el imponente cuadro multicolor de la multitud, hace parecer que nace del terreno con la misma potencia de los conos volcánicos que forman el horizonte del paisaje.

Fuente: dgsg.unam.mx

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